Transformar un mueble antiguo en algo moderno y que vas a usar puede ser una excelente idea. Pero antes de comenzar el proyecto hay que ser consciente de todo el trabajo que conlleva para no acabar dejándolo a medias. El primer paso para restaurar un mueble antiguo es quitar del mueble todas las piezas que sean desmontables: puertas, tiradores, adornos de metal, cajones o estantes. Asegúrate de que sabes a dónde pertenece cada cosa, sobre todo si se trata de un mueble de gran tamaño.
Si tu idea es restaurar un mueble antiguo con pintura, lo primero que tienes que hacer es comprar imprimaciones y papel de lija ya que pintar será la última parte del proceso. Con la lija tendrás que quitar el barniz del mueble o la pintura que pueda tener de un proceso anterior. Lo ideal es dejar la madera al descubierto. Hay productos que pueden ayudarte a retirar todo el barniz y pintura anteriores más fácilmente. Pero en caso de que el recubrimiento no esté muy deteriorado, llegará con una mano de lija.
Las piezas de metal tendrás que limpiarlas con un producto adecuado para el metal y lijar los restos de óxido. Si están muy estropeadas y no son piezas singulares, puedes ahorrar mucho trabajo comprando piezas nuevas. Si no, te tocará dejarlas bien limpias y pintarlas con pintura especial antióxido del tono que hayas elegido.
Con todo listo para trabajar, toca dar la mano de imprimación al mueble. Esto ayudará a que la pintura agarre mucho mejor. En algunos casos puedes tener que darle dos capas. Una vez que has hecho esto llega el momento de pintar. No todas las pinturas son iguales, las hay de diversos tipos y tienes que ser consciente de las características de cada una de ellas. Por eso, si no tienes experiencia, lo mejor es que acudas a una tienda especializada y te dejes aconsejar. Ellos te dirán que producto es el mejor para el tipo de acabado que buscas y cómo y con qué aplicarlo.
Normalmente, tendrás que darle al menos dos manos al mueble para que quede perfecto. Según el tipo de acabado que hayas buscado, tal vez tengas que aplicar un barniz protector al finalizar, por ejemplo, si has teñido la madera en lugar de pintarla.
Cuando esté totalmente seco, tocará volver a montar el mueble para comprobar el resultado final del trabajo.