Comenzar a vivir sin deudas

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Todos podemos acabar contrayendo deudas que nos resulte imposible afrontar. Incluso siendo cuidadosos son cosas que pueden escaparse a nuestro control: un negocio que, sin contar, acaba de forma catastrófica, un matrimonio en gananciales en el cual la otra parte asume deudas que nos toca afrontar, una enfermedad que nos obliga a asumir gastos o nos impide trabajar… Otras veces, las deudas son fruto de una mala decisión que se toma, bien por inexperiencia bien por inmadurez. Pero el problema es que estas deudas pueden ser tan altas que impidan que se pueda rehacer la vida.

Para estos casos, se ha previsto una ley, conocida popularmente como ley de la segunda oportunidad, que permite que quienes se encuentran en esta situación y cumplen con una serie de requisitos, puedan condonar esa deuda y comenzar a vivir de nuevo partiendo de cero. Evidentemente, no se trata de perdonar deudas a todo el mundo, hay que cumplir con unos requisitos como estar en situación de total insolvencia, no haberse acogido a esta ley en un plazo de tiempo, ser persona física o autónomo y, muy importante, que estas deudas se adquirieran actuando de buena fe.

¿Cómo puedes saber si cumples con esos requisitos y cómo demostrar esa buena fe? Lo mejor en estos casos es acudir a abogados ley de la segunda oportunidad en Vigo, profesionales especializados en este tipo de casos que son los que van a poder aconsejar qué es lo mejor para el caso en concreto. 

Algunas personas todavía no están en situación de insolvencia, pero ven claro que van a estarlo en muy poco tiempo. Si se prevé que pueda darse el caso de no poder pagar ya las deudas en los próximos tres meses, es el momento de actuar ya que se está en plazo para acogerse a esta ley.

No siempre van a desaparecer todas las deudas al acogerse a esta ley, a veces puede ser una reducción de las mismas al desaparecer parte de ellas. Todo va a depender de las condiciones de cada persona. En cualquier caso, esta quedará en una situación en la que pueda hacer frente a los pagos y logre salir adelante reconduciendo su vida. A veces, incluso se consigue que la persona no pierda su casa ni sus propiedades y pueda pagar lo que debe con un plan de pagos más cómodo, una especie de reunificación de deudas que facilita que pueda hacerse el pago con una cuota asumible.